
Resumen
El examen clínico sigue siendo el factor fundamental en la evaluación del dolor lumbar (LBP) para las decisiones relacionadas con la compensación y la rehabilitación. Muchos profesionales creen que es altamente confiable, aunque la literatura existente no respalda esta creencia. No solo no hay datos que respalden la eficacia del diagnóstico clínico para el dolor lumbar, sino que también los datos publicados subrayan sus muchas debilidades inherentes. Los gestores de riesgos sanitarios necesitan información clínica precisa para tomar decisiones. Si la información clínica actual no es confiable, entonces se deben revisar las estrategias de manejo de riesgos de atención médica para el dolor lumbar. Este artículo revisa el trabajo de muchos investigadores en sus intentos por desentrañar el problema del diagnóstico del dolor lumbar. Se llegó a las siguientes conclusiones: El problema es importante y sigue aumentando. El problema radica en la fuerte dependencia del médico del dolor informado, que no siempre puede ser una fuente confiable de información objetiva. La cuantificación del impacto de la objetividad del dolor informado sobre el rendimiento clínico demuestra la necesidad de una fuente independiente de datos funcionales que puedan mejorar el diagnóstico. Existe tecnología para complementar el examen clínico, mejorar el rendimiento clínico y, por lo tanto, reducir el costo asociado con el manejo del dolor lumbar. Los resultados de la investigación presentados en este artículo revelan hallazgos inquietantes para los gestores de riesgos sanitarios. El fuerte sesgo que los médicos reservan para el dolor informado puede llevarlos a sobrevalorar la patología, tratar a los pacientes de manera inapropiada, prescribir pruebas de imagen innecesarias y generar opiniones médicas infundadas que son responsables de muchas disputas. Los datos se presentan para demostrar los beneficios financieros que resultan de la introducción de controles objetivos sistemáticos a través de la tecnología. Estos sólidos principios de gestión permiten al gestor de riesgos determinar la validez de las reclamaciones y las propuestas de tratamiento. Los administradores de riesgos pueden tomar decisiones informadas sobre reclamos contenciosos y regular la gran cantidad de casos de discapacidad respaldados por médicos, decisiones que representan ahorros significativos.
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