Resumen
Antecedentes
La prevalencia de enfermedades crónicas en ancianos (> 65 años), incluido el asma, está aumentando, pero la información disponible sobre el asma en esta población es escasa.
Nuestro objetivo es determinar las características clínicas y funcionales diferenciales de la población > 65 años con asma incluida en los Programas Integrados de Investigación del Banco de Datos de Asma de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (www.bancodatosasma.com).
Métodos
Estudio descriptivo comparativo retrospectivo de variables demográficas, clínicas y funcionales de 1713 pacientes con asma categorizados en 3 grupos de edad de la siguiente manera: adultos < 65 años (A), ancianos más jóvenes 65-74 años (B) y ancianos mayores ≥ 75 años (C).
Resultados
Características predominantes de los pacientes ancianos con asma (norte = 471) fueron el sexo femenino, menos fumadores, mayor obesidad, peor función pulmonar y menores valores de óxido nítrico en el aire exhalado (pags <0,01). La comorbilidad asociada con mayor frecuencia fue el reflujo gastroesofágico. Las dosis más altas de corticoides inhalados fueron del grupo A (60,8%). Para la muestra total, 23,2% (norte = 398) estaban en tratamiento con omalizumab y el 8,2% (norte = 140) eran corticodependientes (10,6% en el grupo B). El mayor porcentaje de pacientes que recibieron agentes antileucotrienos estuvo en el grupo B (42,9%).
Conclusiones
El asma en adultos > 65 años es más grave y se asocia a una mayor comorbilidad, lo que indicaría la necesidad de un abordaje más integrado y multidimensional del tratamiento del asma en estos pacientes.
Antecedentes
La mayor esperanza de vida ha llevado a un aumento notable en la prevalencia de enfermedades crónicas. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) de España, el porcentaje de población mayor de 65 años, que actualmente se sitúa en el 18,2%, será del 24,9% en 2029 y del 38,7% en 2064 [1]. El asma se ha considerado convencionalmente una enfermedad de niños y adultos jóvenes, pero el envejecimiento de la población ha llevado a un interés creciente en el estudio del asma en personas mayores, ya que se sospecha que la prevalencia del asma puede estar subestimada [2]la morbilidad y la mortalidad relacionadas con el asma pueden ser mayores [3] y los costos socioeconómicos y de salud son más altos [4] en segmentos de población de mayor edad.
Hay poca información disponible en la literatura especializada sobre los mecanismos fisiopatológicos que determinan la inflamación de las vías respiratorias relacionada con el asma en los ancianos, pero se sospecha que pueden ser diferentes a los mecanismos que actúan en las personas más jóvenes [5]. Inmunosenescencia como se describe en los ancianos [6] Abarca cambios innatos y adaptativos en la respuesta inmune como consecuencia del envejecimiento normal. Se puede suponer que este proceso natural se combina con cambios inmunológicos en las vías respiratorias y comorbilidades asociadas con el avance de la edad para definir las características y fenotipos particulares de los pacientes ancianos con asma. [7]. Algunas de estas características inmunobiológicas se empiezan a conocer, pero hasta la fecha, casi exclusivamente a partir de pequeños estudios [8, 9].
Los pacientes mayores con asma tienen un mayor número de comorbilidades, incluida la obesidad y el reflujo gastroesofágico (ERGE) [10]. Una complicación añadida en el manejo del asma es el uso concomitante de tratamientos para comorbilidades, junto con posibles dificultades técnicas en el manejo de inhaladores [11]. También es probable que estos pacientes estén infradiagnosticados, debido a factores como la tendencia a minimizar los síntomas [12]dificultades técnicas para realizar diagnósticos de espirometría [13,14,15]y la falta de valores de referencia adaptados para los resultados de las pruebas funcionales [16].
Este estudio se realizó con el objetivo de determinar posibles diferencias en las características clínicas y funcionales de 3 grupos: adultos mayores, ancianos más jóvenes y ancianos con asma.
Métodos
En este estudio retrospectivo comparativo se analizan los datos de todos los pacientes incluidos desde enero de 2008 hasta diciembre de 2013 en la base de datos de asma del Programa Integrado de Investigación (PII) de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) (www.bancodatosama.com) se extrajeron para el análisis descriptivo. Neumólogos y alergólogos de siete centros españoles (Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, Hospital de Mataró, Hospital Francesc de Borja, HU Central de Asturias, Hospital Clínic, Hospital General de l’Hospitalet) contribuyeron a esta base de datos con datos de sus pacientes ambulatorios , ingresados de forma no consecutiva y cuando se considere oportuno.
Se analizaron variables demográficas y clínicas; variables de control de la enfermedad utilizando el cuestionario de prueba de control del asma (ACT) [17]; número de ingresos hospitalarios en el año anterior; tratamiento con corticosteroides orales; adherencia terapéutica (definida por el médico tratante como buena/regular/mala); variables funcionales (fracción de óxido nítrico exhalado (FmiNO siguiendo las recomendaciones de 2005 de la American Thoracic Society/European Respiratory Society [41]) y volumen espiratorio forzado en el primer segundo (FEV1)); y el trato recibido. Las comorbilidades fueron autoinformadas por los pacientes.
El asma de difícil control se definió como el asma que no estaba suficientemente controlada a pesar de una estrategia terapéutica adecuada adaptada al nivel de gravedad. [18]. El asma mal controlada se definió según las guías de la SEPAR [19] en vigor en el momento de la recopilación de datos y una puntuación del cuestionario ACT de < 20. El punto de corte de < 30 partes por billón (ppb) se utilizó como reflejo de la F normalmiNO valores según lineamientos vigentes al momento de la recolección de datos [20]. Las dosis diarias bajas, intermedias y altas de corticosteroides inhalados (propionato de beclometasona o equivalente) se definieron como < 500 μg, 500 μg-1000 μg y > 1000 μg, respectivamente. La adherencia se definió como buena, regular o mala según el criterio del médico y de igual forma se definió la educación en asma del paciente.
La población de estudio de adultos mayores se clasificó en tres grupos de población, de la siguiente manera: < 65 años (grupo A, adultos mayores), 65–74 años (ancianos más jóvenes, grupo B) y ≥ 75 años (ancianos mayores, grupo C) [21].
análisis estadístico
Los valores de referencia descriptivos se informan como porcentajes y frecuencias para los datos cualitativos y como medias y desviaciones estándar para los datos cuantitativos. Las variables categóricas se describen mediante tablas de contingencia y utilizando la prueba de chi-cuadrado para el número y porcentaje de casos. El análisis descriptivo fue por grupo de edad y categorizado por edad. El nivel de significancia estadística se fijó en 5% (α = 0,05) y se utilizó SPSS (versión 19,0) para Windows (SPSS, Inc., Chicago, Il, EE. UU.) para el análisis estadístico.
Resultados
Se analizaron un total de 1713 pacientes: 1242 (72,5 %) < 65 años (grupo A), 282 (16,5 %) de 65 a 74 años (grupo B) y 189 (11 %) ≥ 75 años (grupo C) .
Características de la muestra
La muestra total (norte = 1713) predominaron las mujeres (68%; norte = 1172) y el índice de masa corporal (IMC) medio fue de 28,05 kg/cm2 (alrededor de un tercio (30%; norte = 505) tenía un IMC superior a 30 kg/cm2). De la muestra, el 14,3% (norte = 245) tenían asma de difícil control, y el 71,7% (norte = 1121) presentaba sensibilización alérgica demostrada por prick-test y/o inmunoglobulina E (IgE) específica. Respecto al hábito tabáquico, el 63,8% de la muestra (norte = 1049) eran no fumadores, el 22,7% (norte = 373) eran ex fumadores, 8,6% (norte = 142) eran fumadores leves, 2,9% (norte = 47) eran fumadores pasivos, y el 1,9% (norte = 32) eran grandes fumadores (más de 16 cigarrillos/día según la definición de la OMS (2003)).
Casi la mitad (49,1%, norte = 841/1615) de los pacientes con asma tenían rinosinusitis y el 16,5% (norte = 208/1713) tenía poliposis nasal. Otras comorbilidades fueron ERGE (66,5%; norte = 123/185), seguido del síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAOS) (14,1%; norte = 26/185), fibromialgia (9,7%; norte = 18/185), y enfermedad inflamatoria intestinal (SII) (1,1%; N = 2/185).
La ocupación actual (ocupación anterior para los jubilados) se registró para el 48,6% de la muestra (norte = 833/1713), más de la mitad de los cuales (56%; norte = 471/883) estaban/habían estado empleados en ocupaciones de alto riesgo, principalmente en la industria textil (norte = 112/833), sector limpieza (norte = 106/833), y agricultura (norte = 31/833).
Casi dos tercios de los pacientes (63,1%; norte = 1063/1684) tenían mal control de la enfermedad según el cuestionario ACT. Aunque la mayoría de los pacientes (87,2%; norte = 1494/1713) no había requerido ingreso hospitalario en el año anterior, el 3,8% había sido ingresado previamente en más de una ocasión. Algo más de la mitad (55%; norte = 830/1495) de los pacientes no habían recibido ningún tratamiento con corticoides sistémicos para las agudizaciones, mientras que el 29,23% de los pacientes habían recibido este tratamiento más de dos veces en el año anterior.
En cuanto al tratamiento de mantenimiento, el corticosteroide inhalado más frecuente al inicio del estudio fue la budesonida (54%; norte = 935/1713), generalmente a dosis intermedias (49 %), y el agonista beta adrenérgico de acción prolongada (LABA) más típico fue el formoterol (46,9 %; norte = 803/1713). Como terapias adyuvantes, el 33,9% de la muestra estaba en tratamiento con agentes antileucotrienos, el 4,5% con teofilina, el 23,2% con omalizumab, el 0,6% con inmunoterapia y el 8,2% con corticoides orales a dosis fija.
La adherencia al tratamiento fue calificada como buena (70,9%), mala (13,8%) o regular (5,2%) por los médicos tratantes en el momento de la recolección de datos, y el 60,2% (norte = 889/1476) se consideró que habían recibido algún tipo de educación sobre el asma. En cuanto a la función pulmonar, el 74,5% tenía FEV1 > 65 y el 9,2% tenían FEV1 <50%.
Características por grupo de edad
Mesa 1 resume las características clínicas y funcionales (con valores de significación estadística) para los 3 grupos de edad: adultos mayores (grupo A), ancianos más jóvenes (grupo B) y ancianos mayores (grupo C). Las mujeres predominaron en los 3 grupos en proporciones similares (aunque no en un grado estadísticamente significativo), la obesidad fue mayor en los 2 grupos de ancianos (B y C), hubo más fumadores/ex fumadores en el grupo de adultos mayores (A), y la función pulmonar estaba más deteriorada, mientras que FmiLos valores de NO fueron menores, en los 2 grupos de ancianos (B y C).
Los adultos mayores (grupo A) recibieron más ciclos de corticoides orales (70,9% ≥2 ciclos en el año anterior) y dosis más altas de corticoides inhalados y fueron tratados principalmente con omalizumab (76,8% norte = 337).
Las enfermedades más frecuentemente asociadas a los grupos de edad (ajustados por edad) fueron la ERGE con predominio en el grupo C (72,2%), la AOS con predominio en el grupo B (19,4%) y la fibromialgia con predominio en el grupo A (11%).
Discusión
Nuestro estudio demuestra que el asma es clínicamente diferente en pacientes de edad avanzada. El hecho de que la gravedad del asma y las comorbilidades sean mayores que en otros adultos debe tenerse en cuenta para garantizar un manejo multidimensional en el tratamiento de estos pacientes.
En el pasado, el asma se consideraba predominantemente una enfermedad de la infancia, pero estudios epidemiológicos recientes indican que puede afectar a personas de cualquier edad y, de hecho, es muy prevalente en la población adulta (4,5-12,7 %). [22]. Según las tendencias demográficas actuales, se prevé un aumento del 100% en el número de personas mayores de 65 años en las próximas décadas [22, 23]. Por lo tanto, sería razonable suponer que habrá un aumento en el impacto del asma en los segmentos de población de mayor edad en un futuro próximo.
Con respecto a las características generales de la población estudiada (norte = 1713), 68% eran mujeres; el 27,5% eran mayores de 65 años; el 63,8% eran no fumadores; el 49% tenía rinosinusitis y el 16,5% poliposis nasal; el 10,8% presentaba comorbilidades; El 74,5% tenía FEV11 > 65%; el 70,9% eran buenos adherentes al tratamiento; y el 14,3% tenía asma de difícil control y el 63,1% presentaba mal control del asma (ACT< 20). El alto porcentaje de mal control probablemente se deba a que muchos pacientes fueron incluidos en su primera visita al especialista, siendo muchas veces el mal control el motivo mismo de la derivación....
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