
Resumen
Siempre es gratificante ser reconocido por un colega y pedido dar una charla en una tierra lejana sobre un tema de interés particular. Ser invitado, sin embargo, a dar la Conferencia Presidencial Harry Farfán en la 27ª Reunión de la Sociedad Internacional para el Estudio de la Columna Lumbar es, para mí, un honor y un privilegio especial. Hace demasiados años, cuando yo era un miembro de la facultad muy joven en la Escuela de Terapia Física y Ocupacional de la Universidad McGill en Montreal, Canadá, ofrecimos a nuestros estudiantes un curso de Condiciones Ortopédicas. Este curso fue impartido principalmente por cirujanos ortopédicos, reumatólogos y otros miembros de la profesión médica con especial interés en los trastornos del sistema musculoesquelético. La enseñanza en este curso se consideraba una obligación profesional en McGill y, aunque la mayoría de las personas aceptaron la invitación, lo hicieron con diversos grados de entusiasmo. Cada año, el Dr. Harry Farfán amablemente accedió y brindó varias conferencias para nuestros estudiantes. Les habló del manejo quirúrgico de los problemas de la columna lumbar y de la necesidad de tratar al paciente “en su totalidad”, así como de su teoría sobre la causa de la lumbalgia. En ese momento, no estábamos hablando de la calidad de vida como resultado de la atención de nuestros pacientes, pero no puedo evitar creer que él aprobaría profundamente el tema de esta presentación.
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