Resumen
El dolor lumbar agudo suele ser tratado por médicos de familia. En la mayoría de los casos, solo se necesita una terapia conservadora. Sin embargo, la historia clínica y el examen físico pueden generar señales de advertencia que indiquen la necesidad de un estudio y tratamiento adicionales. Estas “señales de alerta” incluyen antecedentes de trauma, fiebre, incontinencia, pérdida de peso inexplicable, antecedentes de cáncer, uso prolongado de esteroides, abuso de drogas por vía parenteral y dolor intenso localizado e incapacidad para ponerse en una posición cómoda. El tratamiento generalmente consiste en agentes antiinflamatorios no esteroideos o paracetamol y un regreso gradual a las actividades habituales. La cirugía se reserva para uso en pacientes con déficits neurológicos graves y, posiblemente, aquellos con síntomas graves que persisten a pesar del tratamiento conservador adecuado.
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