Si bien la mayoría de las personas temen los pesticidas en sus alimentos, por lo general desconocen los peligros que representan las toxinas naturales producidas por los hongos (micotoxinas). Las micotoxinas pueden ser venenosas y cancerígenas. Por ejemplo, el grupo de toxinas conocidas como aflatoxinas es la segunda causa de cáncer en el mundo.
Una cuarta parte de los alimentos del mundo está contaminada con este tipo de moho. Además, los alimentos a base de cereales para el ganado y las mascotas suelen contener mohos que producen toxinas. Si bien comer alimentos contaminados es muy poco saludable, otra forma en que estas toxinas pueden ingresar al sistema es a través de la inhalación de polvo contaminado durante el procesamiento de alimentos.
Una nueva investigación de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania mostró que la inhalación de estos químicos tóxicos puede afectar drásticamente la capacidad de las células en las vías respiratorias para defenderse.
Los investigadores observaron el efecto de las aflatoxinas en las células de las vías respiratorias superiores humanas. Descubrieron que el contacto con estas toxinas inhibía la capacidad de los cilios para limpiar la suciedad y el polvo de las vías respiratorias.
Esto puede aumentar la patogenicidad de los hongos y posiblemente de las bacterias que se encuentran en las vías respiratorias. Esta situación es particularmente peligrosa para las personas con sistemas inmunológicos comprometidos y podría exacerbar enfermedades pulmonares más graves como la EPOC o la fibrosis quística. Tales infecciones pueden ser fatales en personas inmunocomprometidas, como las que reciben quimioterapia o los diabéticos mal controlados.
El tratamiento con antibióticos puede ayudar a contener estas enfermedades de las vías respiratorias superiores, pero el uso intensivo de antibióticos puede contribuir a la resistencia a los medicamentos. Las infecciones sinusales crónicas pueden generar infecciones del tracto respiratorio inferior, especialmente en personas inmunodeprimidas.
Alrededor del 20 % de las recetas de antibióticos en los EE. UU. son para infecciones crónicas de los senos paranasales. Además de costar $8 mil millones al año, estas recetas son un factor importante de resistencia a los antibióticos.
Esta investigación proporcionó información sobre posibles formas de tratar tales infecciones fúngicas sin la necesidad de antibióticos. Los científicos identificaron una mayor actividad de una enzima llamada proteína quinasa C (PKC) que inhibe los cilios. El uso de inhibidores de PKC puede proporcionar tratamiento para enfermedades respiratorias fúngicas y reducir la necesidad de antibióticos.
Este estudio examinó la exposición aguda de las células respiratorias a las aflatoxinas, y los estudios a más largo plazo deberían ayudar a arrojar luz sobre el efecto de la exposición crónica en las vías respiratorias.
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