Resumen
El dolor lumbar crónico es la segunda enfermedad más común reportada por pacientes en los Estados Unidos y representa una morbilidad sustancial y la utilización de recursos de atención médica. Muchos factores estresantes de la espalda y la columna vertebral pueden contribuir a la lesión de los tejidos, lo que resulta en dolor agudo o crónico. En respuesta a una lesión, los procesos bioquímicos que causan inflamación y sensibilización nerviosa aumentan los niveles de dolor y contribuyen a un ciclo de reactividad que aumenta aún más la sensibilidad de los pacientes a los estímulos dolorosos. El tratamiento del dolor de espalda depende de su gravedad, duración y causa subyacente. Las opciones terapéuticas tradicionales incluyen ejercicio, medicamentos antiinflamatorios o analgésicos orales, antidepresivos, fisioterapia y, en casos graves, cirugía. Desafortunadamente, la insatisfacción con el tratamiento del dolor de espalda es común. Los medicamentos orales pueden no aliviar completamente los síntomas y los analgésicos opioides deben usarse con precaución debido a sus propiedades adictivas. La cirugía no siempre produce alivio y, en algunos casos, puede incluso exacerbar el problema. La toxina botulínica, que ya se ha demostrado que alivia el dolor asociado con la distonía cervical y otras afecciones caracterizadas por espasticidad muscular, ahora se está estudiando para el tratamiento del dolor de espalda. Las evaluaciones preliminares han demostrado que este tratamiento es seguro y tiene la ventaja de brindar alivio local directamente en el sitio de la lesión o el dolor, sin causar efectos secundarios sistémicos. Los datos iniciales de ensayos pequeños también sugieren que la toxina botulínica es eficaz y alivia el dolor de espalda en pacientes seleccionados. Sobre la base de estos resultados prometedores, se justifica un estudio adicional en ensayos más grandes.
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